Nuevo Laredo.- Al ritmo de los tambores, los integrantes de la danza Rosa del Tepeyac bailan con fervor para su devoción católica.
María Guadalupe Rodríguez Dimas, coordinadora de esta danza, comentó que es una muestra de la cultura o de las tradiciones que se viven durante el año.
Dese hace 15 años, Guadalupe inició con este grupo danzante, pues desde pequeña participó en danzas, lo que la llevó a formar su danza.
Comentó que actualmente cuenta con cerca de 20 integrantes, pero su grupo ha llegado a estar conformado por más de 30, con pequeños desde los cinco años en adelante, detalló que los vestuarios corren por su cuenta y que únicamente requiere del apoyo de los padres de familia para que los jóvenes participen.
En la danza participan también mujeres y niños, como una costumbre familiar que viene y va de generación en generación.
“Ya tengo casi 15 años con esta danza, es muy difícil controlar a más de 25 muchachos es una gran responsabilidad. Ellos se acercan conmigo, yo no les pido nada solamente el permiso de sus papás, yo me encargo del vestuario para que ellos no lleven ningún gasto. Danzamos año con año para San Judas y la Virgen de Guadalupe”, dijo
La danza de Matlachines es el vestigio más antiguo y evidente de nuestras tradiciones nómadas y chichimecas, una costumbre milenaria que se ha modernizado, pero el simbolismo sigue, así como la combinación de lo sagrado con lo profano.
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