Aaron Ramsey, más allá de ser un gran futbolista y referente del Arsenal y la Selección de Gales, parece estar marcado porque sus goles “condenan” a los famosos.
La “maldición de Ramsey” dicta que cada vez que este jugador anota, alguien de la “farándula” encuentra la muerte.
El más reciente ejemplo es David Bowie, uno de los músicos más ilustres de la historia que falleció el domingo víctima de cáncer a los 69 años. Curiosamente, el playera “16” de los “Gunners” metió gol el pasado sábado en partido de la FA Cup.
El caso de Bowie no está aislado. Whitney Houston, otra de las voces más privilegiadas de la música de las últimas décadas, pereció un 12 de febrero de 2012; un día antes, el galés marcó ante el Sunderland.
Pero no solo los músicos han sido “víctimas” de Aaron Ramsey, ya que Hollywood también perdió a dos grandes luminarias.
Paul Walker, protagonista de la saga de Rápido y Furioso, murió en diciembre del 2013 en un accidente automovilístico, un día después de las dos dianas del futbolista contra el Cardiff.
Robin Williams, actor protagónico de cintas como Patch Addams, Jumanji y La Sociedad de los Poetas Muertos, se suicidó en la misma fecha (11-agosto-2014) en que Ramsey le metió gol al Manchester City en la Community Shield.
El fundador de Apple, Steve Jobs; el terrorista, Osama Bin Laden; el boxeador, Ken Norton; la cantante mexicana, Chavela Vargas. Todos ellos se enumeran entre las personalidades que fallecieron el mismo día o con escaso margen de diferencia con respecto a los goles del hombre del Arsenal.
