NUEVO LAREDO.- Para la señora María Zamarripa Ramírez no hay un momento de descanso o tranquilidad en su vida, ya que diariamente sale a juntar latas y fierro para canjearlos por comida, buscar zapatos y ropa usada entre la basura para poder vestir a sus seis pequeños nietos, y elevar sus oraciones al cielo para que Dios le de la fuerza de mantenerse de pie y no dejar desamparados a los niños.
Hace varios años esta mujer perdió a su esposo, el cual solo pudo construirle un pequeño cuarto de madera, donde en tiempos de fríos sufren los helados aires que se cuelan entre las tablas, y en tiempos de calores padecen las altas temperaturas que por momentos parecen dejarlos sin fuerzas para seguir adelante.
Sumado a esto, su hija perdió la vida por complicaciones de salud, dejándole a su cargo a cuatro pequeños, además de que su único hijo varón fuera abandonado por su mujer dándole también dos niños más que cuidar, quienes ahora se han convertido en sus hijos y que la esperan en casa ansiosos por comer aunque sea un pedazo de tortilla.
Doña Mari sale diariamente a caminar por diversas colonias de la ciudad, recogiendo latas, botes de plástico, fierro, ropa usada que alguien más haya tirado e incluso algo de comida que aun pueda rescatar, ya que solamente logra obtener $300 pesos al mes de todo lo que se encuentra en la calle.
“Salgo muy temprano de mi casita y voy juntando para sacar para las tortillas. No es de diario porque me canso mucho, pero a veces saco trescientos pesos al mes y pues como es muy poquito hay días que como muy poquito para que mis nietecitos coman algo más”, comentó.
A pesar de su situación, esta mujer de más de cincuenta años de edad no se da por vencida, tratando de ser fuerte y valiente para sacar adelante a los nietos que se han convertido en su motor de vida y de superación.
“Hay veces que nada más una comida damos, pero Dios me oye y seguro vamos a estar bien. Los niños me ven y se ponen tristes, pero les digo que no se preocupen, que su mamá desde el cielo me da la fuerza”, asegura.
Ubicada en la calle Coronela #411 en la colonia Emiliano Zapata, esta abuelita requiere del apoyo de la comunidad, ya que sus nietos no tienen ropa ni zapatos, y también les hace falta comida.
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