NUEVO LAREDO.- Con cinco meses de embarazo, Aylin Cruz, madre soltera que dejó Cuba por la opresión y la crueldad, ha tenido que atravesar más de diez países buscando darle una vida libre y segura a su hijo.
En condiciones irregulares, con hambre, frío, dolores de vientre y sin la protección de nadie, atravesó el mar, la selva y territorio mexicano, encontrándose con la triste noticia de que no podría ingresar más a Estados Unidos, quedando sin hogar y sin los recursos para solventar su vida y la del pequeño que se resguarda en su vientre.
“Ha sido muy difícil, nos toca estar a merced de los traficantes de personas, a merced de los coyotes, del ejército, de cada país que es diferente. Nosotros teníamos una meta y al llegar aquí se terminó, ahora tengo que ver por mi bebé y nuestra libertad”, dijo.
“El presidente nos quitó la política y quedamos en un limbo migratorio, ahora estamos esperando quién nos pueda apoyar. Estamos agradecidos con el pueblo de Nuevo Laredo, y queremos que sepan que lo menos que queríamos era causarles problemas, sabemos que tampoco es culpa de México lo de la política, pero de verdad agradecemos a quienes nos han ayudado y quienes pueden entender la situación”, aseguró.
Dentro de sus mayores temores, se encuentra el límite de tiempo de permiso para permanecer legalmente en la frontera, por lo que ha pensado incluso buscar el apoyo de autoridades mexicanas que la asesoren y le permitan quedarse en la ciudad y dar a luz a su criatura sin tener que arriesgar nuevamente su vida en el intento de cruzar ilegalmente a Estado Unidos o al ser devuelta hasta Cuba, donde cree firmemente que no sobrevivirá.
“Mi realidad está muy difícil porque estoy en el embarazo, soy de pensamiento libre y por eso tuve problemas en Cuba. Cada vez que yo me expresaba, tenía problemas. Allá mi problema era creer que soy libre de leer la prensa que quiero, soy libre de escuchar la música que quiero, y por eso huí, porque yo no quiero que me saquen a mi bebe”, señaló.
Sin embargo, aun con la pesadez y la incertidumbre ante su situación legal, intenta mantener las fuerzas físicas, mentales y emocionales para mantener a salvo a su hijo, destacando que si es necesario trabajar lo hará, siempre y cuando algún gobierno le asegure que no regresara a Cuba.
“No es por la ayuda económica que los cubanos huimos, pobreza hay en toda Latinoamérica, aquí es por la libertad y los derechos humanos. No somos migrantes económicos, somos migrantes en busca de libertad. Por ahora estoy aquí, viajando con mi bebé y Con Dios, encontrándome cubanos en el camino y otros que han muerto en su intento de una mejor vida”, finalizó.
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